Como representante de esta entidad y presente en la asamblea ordinaria del día 12/3, creo que tengo el derecho, como el resto de mis compañeros vocales de la junta, a dar mi valoración de lo sucedido:
Ese día Montserrat Capdevila se dejó la honorabilidad en el parlamento y la diplomacia en el despacho del ayuntamineto, descubriendose ante nosotros tal y como es, con una actitud desafiante -pretendiendo entrar en la asamblea sin estar invitada-, con arrogancia -blandiendo su estatus político-, y abusando de su poder -llamando al regidor de seguridad ciudadana Joan Manau quién acudió acompañado de cuatro números de la policía local-, consiguiendo finalmente su objetivo.